Árboles con
historia - El olivo de Arauco:
Sobre el límite con Catamarca, en La Rioja, a 3 kilómetros
de Aimogasta, en la localidad de Arauco, se alza un majestuoso olivo (Olea
europaea) con interesante historia. La Sociedad Forestal Argentina señaló a
dicho árbol como el último ejemplar sobreviviente de un antiguo olivar del
siglo XVII. Se cree que fue plantado hace más de 400 años por el Capitán Pedro de
Alvarado en su campaña de conquista y colonización por las tierras del
Tucumán.
Se cuenta que en 1870 el monarca español Carlos III hizo talar
todos los olivos riojanos porque temía que sus frutos desplazaran a los de la
Península. Según el relato, el olivo de Arauco fue el único
sobreviviente de la tala, gracias a la intervención de doña Espectación Fuente de
Ávila. Gracias a éste árbol volvió a esparcirse la olivicultura en esta región
de Argentina y en zonas de Chile y Perú. Por esta razón se le atribuye el
epígrafe de “Padre de la Olivicultura” y es el símbolo de la identidad del
pueblo.
Según algunas versiones
pueblerinas, un profesor y agricultor de la provincia de Córdoba, Juan Brunnel,
al recorrer la región encontró el olivo y quedó maravillado de este árbol añejo
y sin dudarlo lo hizo conocer a través de fotografías.
En
1914 se colocaron placas en el Olivo
de Arauco. El 4 de julio de 1946 fue declarado Árbol Histórico mediante
el decreto N° 2232. El 24
de mayo de 1953 se declaró por decreto nacional Nº 7030, Día Nacional de la
Olivicultura, por la simple razón que ese día, en 1591, fue el primer
asentamiento español en Aimogasta y seguramente por aquellos años fue plantado
el histórico árbol. Declarado
Monumento Histórico Nacional, el añoso olivo actualmente produce unos cien
kilogramos de sabrosas aceitunas y se lo considera el abuelo de las aceitunas
riojanas.