Con la desmedida explotación de los recursos naturales se han producido modificaciones en los ecosistemas naturales, en la composición de la atmósfera, en el clima, en los suelos, en el caudal de los ríos, etc. Es por ello que surge una nueva tendencia para mejorar la calidad de vida de los hombres que consiste en la reintroducción de paisajes naturales, con el objeto de restablecer hábitats naturales, conservar las especies y fomentar la conciencia ambiental. Un desarrollo sustentable es aquel que resuelve las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de generaciones futuras. La sustentabilidad implica que el paisaje sea capaz de mantenerse a él mismo. El paisajismo sustentable se basa en la conservación, protección, restauración y recreación de ecosistemas naturales y puede ser aplicado en todos los ámbitos: privados, públicos, rurales, urbanos y suburbanos. Sus proyectos permiten crear paisajes funcionales y estéticamente agradables y a la vez presentan los siguientes beneficios: mejoran el ambiente, conservan los recursos, minimizando su uso (eficiencia en el uso de agua, nutrientes y demás recursos), reducen los insumos de trabajo para su implementación y mantenimiento y hacen menor uso de productos químicos a través del uso de plantas nativas, ya que éstas son más resistentes a plagas y enfermedades. La clave del paisajismo sustentable es la consideración de un diseño, previo a la implementación y selección de especies, que tenga presente los principios de sustentabilidad.