viernes, 31 de agosto de 2012

Árboles con historia - El ceibo de Jujuy o de Alvear:

En la plaza Lavalle de ciudad de Buenos Aires, en la esquina de Tucumán y Talcahuano, se encuentra un histórico ceibo (Erytrina falcata) traído desde de Jujuy y plantado en 1878 por el intendente Torcuato de Alvear.
Este ceibo es originario de las Yungas, selvas de montaña en el noroeste de Argentina entre la llanura chaqueña y la árida Puna.
Hoy en día el árbol se lo ve inclinado y se encuentra deteriorado debido a su edad y a que fue atacado por hongos, por lo que se formó una gran cavidad en su tronco. Para preservarlo, sus viejas ramas están sostenidas por postes, parte de su tronco está relleno con cemento y es sometido a tratamientos especiales de mantenimiento. Es un árbol corpulento, tiene una altura de 12 m y una circunferencia de tronco de 4 m. Florece antes de echar hojas, con racimos de lindísimas flores rojas.





 
Árboles con historia - El algarrobo de Pueyrredon:

 En las barrancas de San Isidro, en el norte del Gran Buenos Aires, en la Quinta Pueyrredon (Rivera Indarte 48) se encuentra el llamado “Algarrobo de Pueyrredon”, debajo del cual –según se cuenta– San Martín y Pueyrredon planificaron la libertad de América.
La casona de la quinta tuvo varios dueños, pero su principal residente fue Juan Martín de Pueyrredon. También fue habitada por Roque Sáenz Peña durante su presidencia (1910-1914). Fue construida en 1790 y sus habitaciones se distribuyen en torno a un amplio patio central que contiene un aljibe y canteros con naranjos. Desde el patio se observa el atelier que construyó el arquitecto y notable pintor Prilidiano Pueyrredon (hijo de Juan Martín), quien heredó la chacra y le realizó cambios y ampliaciones. Desde 1941 el predio pertenece al patrimonio municipal de San Isidro y es conocido como el Museo Pueyrredon.
El algarrobo blanco (Prosopis alba) es un árbol típico del talar, bosque que cubría las barrancas del partido. Esta especie está en peligro de extinción en la provincia de Buenos Aires. Es soporte para distintas plantas epífitas como claveles del aire y la orquídea flor de patito que se apoyan sobre sus ramas. También es posible observar la presencia de líquenes que son asociaciones entre hongos y algas. Es decir, una simbiosis y nos sirve como bioindicador, ya que su presencia es sinónimo de buena calidad del aire.
Desde 1915 el histórico árbol de la Quinta Pueyrredon lleva una placa en la cual se consigna que, a su pie, mantuvieron largas entrevistas los generales Pueyrredón y San Martín. El ejemplar fue declarado Árbol Histórico por la Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos en 1946. Se calcula que tiene más de 330 años y está en perfecto estado sanitario.
A dicho árbol Victoria Ocampo lo hizo protagonista de un libro: Habla el algarrobo.
El 23 de septiembre de 2011, por Decreto Nº 2.366, el Intendente de San Isidro declaró Monumento Natural Municipal al algarrobo blanco de la Quinta Pueyrredon junto con otros siete árboles de gran valor para el partido.
En la ciudad de Buenos Aires, en Plaza Pueyrredon (popularmente conocida como Plaza Flores) se levanta un retoño del Algarrobo de Pueyrredon.
Juan Martín de Pueyrredon nació en Buenos Aires el 18 de diciembre de 1777 y murrió el 13 de marzo de 1850 en su casa de San Isidro. Era hijo del comerciante francés Don Juan Martín de Pueyrredon y de Rita O’Dogan, de familia porteña de origen irlandés.
Inicialmente se destacó en la historia nacional por formar con gauchos un escuadrón de caballería (Regimiento de los Húsares de Pueyrredon) para unirse a Santiago de Liniers en la lucha contra las invasiones inglesas en 1806. También sobresalió por ser designado por la Primera Junta en 1810 como encargado de la gobernación de Córdoba y luego de Chiquisaca En 1812 fue miembro del Primer Triunvirato. En septiembre de 1815 fue nombrado diputado por la provincia de San Luis ante el Congreso de Tucumán. Pocos meses después fue elegido Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata por el Congreso que declaró la Independencia. Por ese entonces Pueyrredon tenía un solo objetivo: que el General San Martin y su ejército cruzaran los Andes para liberar América de los españoles. En su Chacra de de San Isidro, en repetidas ocasiones y debajo del algarrobo que mira la barranca, con la participación de Tomás Guido se tomaron las decisiones estratégicas del cruce de los Andes (1818).
Tras un tiempo de exilio, Pueyrredon regresó al país en 1821 y dividió su tiempo entre sus propiedades de la ciudad y la Chacra de San Isidro. En esta última buscó paz y tranquilidad en los jardines. Sobre las barrancas del río y rodeado de la flora autóctona, se dedicó a la horticultura: plantaba árboles y cultivaba flores, convirtiendo el entorno de la casa en un maravilloso jardín.
 





 

sábado, 11 de agosto de 2012


Árboles con historia - El pino de San Lorenzo:
El 17 de agosto se conmemora en Argentina la muerte del General José de San Martín (1778-1850). San Martín es uno de los más importantes próceres argentinos por ser el libertador de Argentina, Chile  y Perú y ser el organizador del famoso Regimiento de Granaderos a Caballo, el que tuvo su bautismo de fuego en la Batalla de San Lorenzo.

En la ciudad de San Lorenzo, a pocos kilómetros de Rosario, en la provincia de Santa Fe, se levanta el convento franciscano de San Carlos. Desde allí, el 3 de febrero de 1813,  partió al ataque de los realistas españoles el Regimiento de Granaderos a Caballo, conducido en ese entonces por el Cnel. San Martín. En la batalla de San Lorenzo el caballo de San Martín cayó muerto por un cañonazo y el Coronel fue salvado del ataque enemigo por el granadero Baigorria. El Sargento Cabral fue herido de muerte al intentar rescatar a San Martín caído con su caballo. Finalmente con un ataque del Capitán Bermúdez los Granaderos logran la victoria de la batalla.

Luego del enfrentamiento San Martín escribió bajo la sombra de un pino (Pinus pinea), ubicado en el huerto de la parte posterior del convento de San Carlos, el parte del combate.

Tanto el histórico pino como los demás árboles fueron plantados por los franciscanos hacia 1790. A mediados del siglo pasado el estado del árbol era preocupante, por lo que el Gobierno Nacional encomendó al científico japonés Miyamoto Katsusaburo la conservación del árbol. En 1946 fue declarado Árbol Histórico por decreto del Poder Ejecutivo nacional. Actualmente el pino de San Lorenzo se encuentra en buen estado circundado por una verja.

 El convento, ubicado junto al campo de batalla, hoy en día es un museo en el que se pueden visitar el comedor que funcionó como hospital para los heridos atendidos por el Dr. Argerich, la habitación utilizada por San Martín y varios objetos de guerra, entre otras cosas.

En la ciudad de Buenos Aires, en lo alto de la Plaza Barrancas de Belgrano, se encuentra un retoño del histórico pino de San Lorenzo.





domingo, 5 de agosto de 2012


Árboles con historia - El ombú de Caseros:

Es discutido si el Ombú (Phytolacca dioica) es una hierba gigante de aspecto arbóreo o es un árbol. Pero no hay dudas de que, a pesar de no ser nativo, es un símbolo de la llanura pampeana.

Existieron en nuestro país varios ombúes que fueron testigos de importantes hechos históricos. En esta oportunidad hablaremos del Ombú de Caseros y nos referiremos a él como árbol por el decreto que lo proclamó Árbol Histórico.

La Batalla de (Monte) Caseros tuvo lugar el 3 de febrero de 1852 en la estancia de la familia Caseros, en las afueras de Buenos Aires, cerca del palomar. El ejército de la Confederación argentina, al mando de Juan Manuel de Rosas fue derrotado por el Ejército Grande, compuesto por fuerzas de Brasil, Uruguay y de las provincias de Entre Ríos y Corrientes, liderado por el gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza, quien se encontraba alzado frente a Rosas desde el 1º de mayo de 1851, día en que lanzó el llamado Pronunciamiento de Urquiza.
El enfrentamiento comenzó a las 9 de la mañana y duró 5 horas. Habiendo sido Rosas herido de bala en el pulgar de la mano derecha, se retiró del lugar a las 14 horas.

En el Hueco de los Sauces, terreno que actualmente corresponde a la Plaza Garay, bajo la sombra de un ombú que se levantaba en el terreno, Rosas redactó sobre su rodilla con lápiz su renuncia a la Gobernación de Buenos Aires. Ésta terminaba  diciendo: “Señores Representantes: Creo haber llenado mi deber como todos los señores representantes, nuestros conciudadanos, los verdaderos federales y mis compañeros de armas. Si más no hemos hecho en el sostén sagrado de nuestra independencia, en nuestra integridad y nuestro honor, es porque no hemos podido. Permitidme, Honorables Representantes, que al despedirme de vosotros reitere el profundo agradecimiento con que os abrazo tiernamente y ruego a Dios por la gloria de V. H., de todos y cada uno de vosotros. Herido en la mano derecha y en el campo, perdonad que escriba con lápiz esta nota y de una letra trabajosa. Dios guarde a V. H.”

El ombú en cuestión fue declarado Árbol Histórico mediante el Decreto N° 3038 del 30 de enero de 1946 firmado por el presidente Farrell. Se empleó iconografía de época para validar la declaratoria, en el segundo considerando se declaraba: “observarse en los grabados litográficos que documentan la batalla y el campo en que se desarrolló, grabados cuyos dibujos se deben a un testigo ocular y que fueron publicados poco tiempo después de ocurrido aquel hecho de armas”.

Hubo una exitosa gestión de la Comisión Nacional ante la Secretaría de Aeronáutica de El Palomar, propietaria del árbol, para evitar que el trazado de nuevas pistas de aterrizaje pudiera arrasar con él.