Las plantas frutales se clasifican de acuerdo a sus frutos en: cítricos, de pepita, de carozo, de frutos secos, de frutos del bosque (o rojos o frutas finas) y de frutos tropicales. Existen otros frutales, que no pertenecen a ninguno de los grupos anteriores ya que no comparten características en común como el olivo, la higuera o el kaki entre varios otros.
Los cítricos (ej.: naranjo, mandarino, limonero, etc.) pertenecen a la familia de las Rutáceas y sus géneros son Citrus, Fortunella (ej.: kumquat cuyos frutos son los quinotos) y Poncirus (ej.: naranjo amargo espinoso o trifoliado). Son árboles o arbustos de hojas perennes, tallos erectos y sus ramas presentan espinas. Se caracterizan por sus carnosos y jugosos frutos y sus flores tan aromáticas.
Los frutales de pepita (ej.: manzano, peral, membrillo, etc.) pertenecen a la subfamilia de las Pomoideas. Sus frutos carnosos son llamados pomos y en su interior contienen las semillas. Requieren de horas de frío para su desarrollo y el de sus frutos.
Los frutales de carozo (ej.: ciruelo, duraznero, guindo, etc.) pertenecen al género Prunus. Sus frutos carnosos son drupas que dentro contienen la semilla encerrada en un hueso duro (carozo). Muchos de ellos se destacan ornamentalmente por su floración y su llamativo follaje.
Los frutales de frutos secos (ej.: nogal, avellano, pecán, etc.) son aquellos que producen frutos duros de aspecto de madera encerrados en una cáscara (ej.: avellano). Pero también son considerados frutales de frutos secos aquellos que producen frutos carnosos pero que sus partes externas se secan con el tiempo (ej.: nogal), como en el caso de la nuez donde lo que se come es la semilla del fruto.
Los frutales que producen frutos del bosque (ej.: frambuesa, mora, arándano, etc.) en su mayoría pertenecen a las familias de las Rosáceas, Saxifragáceas y Ericáceas. Son frutales generalmente perennes de bajo porte, que requieren las condiciones propias de los claros del bosque: lluvias abundantes (especialmente en verano) y suelo rico en materia orgánica sin descomponer. Sus frutos son pequeños.
Los frutales de frutos tropicales (ej.: banano, palto, mango, etc.) se caracterizan porque requieren de climas tropicales o subtropicales con inviernos templados para su desarrollo. Sus frutos se caracterizan por la variedad de colores y sus destacados aromas y sabores.