Si una planta pierde sus hojas completamente durante la época de frio (otoño/invierno), se dice que es caduca. Si pierde sólo algunas hojas, manteniendo parte de su follaje, se dice que es semipersistente. Y si no pierde su follaje se dice que es persistente.
Las hojas pueden ser simples o compuestas (en este segundo caso las láminas están formadas por folíolos o foliolulos).
Algunos vegetales presentan filodios, que no son hojas sino tallos o pecíolos ensanchados, que cumplen con la función de fotosintetizar como si fuesen hojas, como en el caso de la Acacia longifolia (acacia trinervis).
Las láminas de las hojas simples pueden presentar distintas formas: palmeada, lanceolada, cordada, triangular, aovada, obovada, elíptica, flabelada, linear, falcada, palmada, acicular, lobulada, reniforme, etc.
Las hojas compuestas pueden ser: trifoliadas, pinnadas, bipinnadas (imparipinnadas o biparipinnada) o palmaticompuesta.
Los bordes de las hojas también son variados: lisos, ondulados, sinuados, aserrados, doble aserrados, dentados, festoneados, espinados, etc.