Las plantas son conocidas por su nombre vulgar, el que puede variar según la región (Ej.: Ceibo, Seibo, Árbol de coral, Fruto de loro, Cresta de gallo, Zuinandí, Chopo, ...) y por su nombre científico, el cual es universal. El nombre científico de las plantas corresponde a una nomenclatura binomial, ya que está compuesta de dos palabras. La primera palabra corresponde al género y se escribe con mayúscula. La segunda palabra corresponde al epíteto específico y se escribe con minúscula. Ambas palabras constituyen la especie (ej. Erythrina crista-galli). A continuación de las dos palabras que hacen referencia a la especie se especifica si se trata de alguna alteración de la misma (variedad, cultivar, forma o subespecie). La variedad es una alteración de los genes de la especie producida naturalmente y que se hereda (ej.: Erythrina crista-galli var. leucochlora). El cultivar es una alteración producida en el cultivo (ej.: Acer negundo cv Variegatum o Acer negundo “Variegatum”). La forma es una alteración de la especie que no se hereda (ej.: Acer palmatum f. sanguineum). La subespecie es una alteración de la especie que se da en varias partes geográficas (ej.: Quercus ilex subesp. rotundifolia). Los híbridos son una especie que surge de la unión sexual de dos especies distintas o de dos géneros distintos de igual familia (ej.: Salix x erythroflexuosa o x Cupressocyparis leylandii).