Para el caso de la iluminación ornamental podemos decir: “cuanto menos es más”, ya que con sólo destacar los puntos más interesantes es suficiente para hacer del jardín de noche un lugar interesante como lo es durante el día.
Se usan diversos efectos para lograrlo: *Luces elevadas para destacar troncos y ramas. *Haces de luz para destacar superficies rugosas, cambios de relieve y de textura. *Luces sumergidas para producir texturas animadas en el agua en movimiento. *Haces o bandas continuas de luz para iluminar superficies con agua estática. *Luces que proyecten sombras o que destaquen siluetas. *Luces en altura que simulen el efecto de luz de luna atravesando ramas. *Iluminación frontal de puntos focales, etc.
Para hacer un buen trabajo de iluminación exterior deben analizarse minuciosamente los ángulos de los haces de luz, la distancia que deberán tener los apliques a los objetos que se van a iluminar, los tipos de lámparas y los artefactos a utilizar en cada caso, entre otras cosas.